4 de diciembre de 2013

LOS TRES ESPAÑOLES EN PARO



En esta ocasión, Javier Marín de 3º de ESO A, lleno de ingenio nos relata lo que le suceden a tres hermanos desempleados que van a buscar trabajo a Madrid. ¿Qué les deparará el viaje? No te quedes con las ganas y léelo. PROMETE


Érase una vez tres jóvenes españoles. Eran hermanos y los tres, estaban en paro.

Un día, decidieron ir a buscar fortuna a Madrid. 

El camino era complicado y  pedregoso, entre otras cosas, tenían que cruzar un puente de piedra muy alto en el que habitaba un terrorista mercenario ``armado hasta los dientes´´ muy peligroso y buscado por todo el mundo.

El primero de los hermanos, alto, delgado y con gafas era el más pequeño en edad pero ``hablaba como una moto´´

Comenzó a atravesar el puente y el terrorista armado, creyéndose descubierto gritó:


-Manos arriba, ¿Quién pasa?

-Soy Manuel. Voy  Madrid. Necesito trabajo.

-Pues yo soy alias el ``potro´´ me has descubierto y vas a morir.

-¡Oh no!, no lo hagas. En realidad, no te he visto y mi hermano que viene detrás es el responsable de este viaje…

-Umm, si, si me oyen disparar vendrán a por mí. Anda pasa, iré a por tu hermano.

El pequeño de los hermanos atravesó el puente. Mientras, el terrorista alias ``el potro´´ con su thompson  en el brazo apuntó hacia el segundo hermano.

Pedro, que así se llamaba venía despistado. Era gordo, tenía ojos marrones y un oído agudísimo.
 
-¿Quién anda ahí?- preguntó el tal ``alias´´

-¡Manos arriba! Vas a morir, me habéis descubierto. Soy alias ``el potro´´

-¡Uy, por dios! No lo hagas. Yo no sé nada, no veo la televisión, el culpable de todo esto es mi hermano mayor se, se llama Tobías y viene detrás. Si me disparas lo oirá todo el mundo e irán a por ti.

-Anda marcha… Tienes razón. Esperare a tu hermano.

    Pasaron treinta minutos y Tobías llego al puente. Tobías era el más viejo. Fumaba ``como un carretillero´´ y llevaba sus dedos amarillos.

-¡Manos arriba!- Gritó el mercenario. -¿Quién anda ahí?

-Soy yo Tobías.

-Pues prepárate a morir, ya estoy harto de vosotros, me habéis descubierto.

-¿Te has metido con mis hermanos? ¡Prepárate! Ahora vas a saber la fuerza de mis puños y el poderío de mis patadas.

Tobías, viejo, se lanzó contra el terrorista. Le pateó el trasero y de un puñetazo, lo lanzó al río, Tobías se quedó mirando hasta que la corriente se lo tragó.

     Los tres hermanos se reunieron en Madrid y encontrar trabajo a la primera. Hoy viven felices y disfrutan de sus bienes y de la compañía de la familia.

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