3 de diciembre de 2013

LOS TRES HERMANITOS

Aitor León  de 3º de ESO nos deleita con esta historia que trata sobre el problema del paro en España. Espero que disfrutéis de él porque no tiene desperdicio. 



Esta es la historia de tres hermanos, que viven una pesadilla que    azota continuamente a nuestro país, los desahucios.

El primer hermano era Alberto, era el pequeño, tenía veinticuatro años, no tenía estudios y además era ludópata y drogadicto. Un día le pillaron robando material del trabajo para venderlo y comprarse drogas, así que le echaron del trabajo y ya no pudo pagar la hipoteca. Le llegaron cartas del banco anunciando su desahucio y así fue, por lo cual se fue a vivir con su hermano Marino.

Marino era el hermano mediano y tenía treinta y cinco años de edad, estaba casado con Elena, con la que tenía tres hijos. Marino trabajaba en una empresa de aventuras y hacía muy poco había tenido una lesión. Un día cuando llegó al trabajo le llamó su jefe y le dijo:
-Marino no te podemos pagar y además acabas de salir de una lesión, así que te tenemos que despedir.

Marino se fue a casa y cuando llegó se encontró a Alberto y le preguntó:

-Alberto, ¿qué haces aquí, qué te ha ocurrido?
Alberto le contó lo ocurrido y Marino se derrumbó tras aquella triste noticia, pero al ser su hermano le acogió en su casa. Fueron pasando los días, pero eran muchas las bocas que alimentar y nadie trabajaba en esa casa, así que el banco envió cartas de desahucio y cuando Elena, su mujer, se enteró fue a una sucursal y se prendió fuego. Estuvo ingresada, pero a los pocos días se murió. Pasaron unos días y decidieron irse a vivir a casa de su hermano Gustavo.

Gustavo era el hermano mayor, tenía cuarenta y dos años y era un conocidísimo empresario a nivel internacional. Un día estaba intentando relajarse en su espaciosa casa y cuando lo consiguió llamaron a la puerta. Gustavo se enfadó mucho, pero al ver a sus hermanos y sobrinos se alegró. Le contaron lo sucedido y enseguida entristeció. Gustavo les acogió en su casa y les buscó trabajo en su empresa de cosméticos. A su hermano Alberto lo metió en una clínica de desintoxicación y empezó a ir al psicólogo donde conoció a una bellísima persona. Era noche buena y todos fueron al centro comercial a comprar regalos, pero Gustavo se fue al banco para ver si podía comprar las casas de sus hermanos, pero no salían a subasta hasta reyes. Sus hermanos se desilusionaron cuando supieron que no iban a tener sus casas. 

Llegaron reyes y Gustavo fue a comprar las casas de sus hermanos. A la mañana siguiente cuando se levantaron fueron a mirar el árbol y estaban los papeles de sus casas y todo el mundo se alegró mucho. Transcurrió un tiempo y todo volvió a la normalidad y colorín colorado para esta familia la pesadilla a terminado.

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