10 de enero de 2014

LA VIDA DA MIL VUELTAS


Érase una vez dos chicos de mediana edad. Uno de ellos, Raúl era español y su piel era blanca, demasiado quizás; el otro, Thomas, de origen africano vivía en España; acababa de llegar al país, no tenía dinero, ni familia y vivía de la mendicidad; de hecho, dormía en un porche de aquella calle del fondo, cubierto de cartones y una manta roída.
 
Cierto día, pasó Raúl por el lugar donde se encontraba Thomas y, aprovechando que estaba dormido, comenzó a patalearle y escupirle. Raúl odiaba a los inmigrantes. Thomas se despertó repentinamente por los golpes y no pudo más que echarse a llorar ante esa injusta situación. Después de la paliza, el chico africano viajó de vuelta a Marruecos, su país; no quería volver a sentirse tan odiado.
 
 
Por aquel entonces, las situación en España comenzó a empeorar, ciertamente las cosas se pusieron muy feas y Raúl fue de los primeros afectados por la crisis. Se quedó sin dinero, sin trabajo y emigró a Marruecos donde no le fue mucho mejor. Raúl acabó durmiendo en la calle y, un día de tantos, Thomas estaba paseando y se encontró a Raúl tirado en una acera. No tardó en darse cuenta de que ese chico era la persona que le había dado una patada y le había escupido. Thomas le perdonó y, es más, le ayudó llevándolo a su casa.
 
Entonces Raúl reflexiono y fue completamente consciente de que la vida da mil vueltas y no volvió a odiar a nadie.
 
Rubén Martínez Bretón (4º ESO A)

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